¿QUÉ? ¿YA SE ACABÓ?
La gente que se dio cita al concierto de Black Veil Brides es lo que se preguntó a tan solo una hora de concierto de la banda americana.
Desde la salida del metro y en sus alrededores se vislumbraba una fila de papás en espera de sus vástagos, estos adoctrinados a las bandas de antaño, suponían una espera de al menos dos horas, se llevaron la sorpresa al ver pronto la puerta de salida que desalojaba al respetable. Hasta los vendedores de parafernalia no estaban listos.
La espera por parte de los asistentes al Circo Volador era bastante buena, se notaba al público (en su mayoría menores de edad) deseosos de cantar a pulmón abierto todos los temas de sus dos discos We Stich These Wounds y Set The World On Fire, vestidos de negro, maquillaje, crepe y pañoletas, otros con el ‘look’ del Joven Manos de Tijera.
Dentro del recinto, todos apeñuscados en la parte baja del inmueble gritaban con cada movimiento en la prueba de sonido, veías realmente un público feliz ante la espera. La cual se apaciguó con la salida de Excellion, banda de Baja California que participara en La Batalla y que consiguiera un mejor premio de lo esperado.
Fue recibida con los brazos abiertos, sin detractores. A pesar de no conocer sus temas la gente levantaba el puño, se unía a estos mexicanos como pocas veces se ha visto.
Pasadas las 9 con 15 minutos, se apagaron las luces, los gritos ensordecedores empezaron y poco a poco iban saliendo sus héroes, siendo Andy ‘Six’ Biersack el último en arrancar suspiros de las jóvenes presentes.
El vestuario de estas ‘Novias Negras’ retoma mucho de sus influencias como Marilyn Manson en el caso de Biersack, Gene Simmons en el caso de Jinxx y los demás de Mötley Crüe, es más, a lo lejos ver a Christian Coma en la batería era un deja vú de Tommy Lee en pleno “Girls, Girls, Girls”.
El sonido fue potente, los coros en su mayoría realizados por los asistentes y siempre hubo mucha comunicación por parte del vocalista, el cual iba de un lado a otro con una sonrisa de oreja a oreja, sobre todo al notar la euforia y que todos se sabían las canciones (con la extraña excepción de “Rebel Yell” de Billy Idol).
“Love Isn’t Always Fair”, “All Your Hate”, “God Bless You”, “Children Surrender”, “Knives and Pens” fueron perfectamente realizados arriba y abajo del escenario; en “Legacy” BVB confirmaban que el público estaba en su poder, el juego de gritos y puños al aire mientras riffs potentes y un retumbe de la batería hacían fondo se llevaba a cabo con gran éxito.
El momento de Coma para mostrar sus habilidades atrás de la tarola había llegado, haciéndolo de buena forma y siendo aplaudido en demasía. Terminada su actuación todo empezó a tornarse extraño, ya que la banda no regresaba al escenario, incluso se prendieron las luces y las caras de felicidad se tornaban de angustia ya que no se había llegado ni a 40 minutos de concierto, muy pronto para un encore, a menos que estés en un festival.
Poco tiempo después regresarían, confirmando ser el primer encore, al menos lo hicieron con fuerza, con uno de sus temas más fuertes y cerveza en mano, “New Religion”, aquí el público se encargo de cantar la mayoría, en dónde las guitaras sonaron mejor. Le siguió “Youth And Whisky” y el momento de mostrar la bandera de México agradeciendo la asistencia, pasando a “Rebel Love Song” terminando con ‘a todos los que aman el metal, gracias’.
Esto dio pie al segundo y último receso, para beneplácito de la audiencia fue con “Fallen Angels” la cual transportó al Circo a la era dorada del glam metal, caravana final y todo había terminado.
La gente salió contenta pero no salió satisfecha, más en una época dónde la mayoría de bandas aseguran vivir de los conciertos y no de la venta de discos, quedaron a deber.